Las propiedades anticancerígenas de las zanahorias se potencian si no se trocea el tubérculo hasta después de su cocción, indica un estudio británico que se presenta en una conferencia sobre nutrición y salud en Lille (Francia).
Según el estudio, llevado a cabo por científicos de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Nescastle, las zanahorias cocidas enteras contienen un 25% más de falcarinol (un componente activo contra la enfermedad) que las troceadas antes.
Los experimentos llevados a cabo con ratas a las que se administró falcarinol indican que esos roedores desarrollaron tres veces menos tumores que los del grupo de control.
“El hecho de trocear las zanahorias aumenta la superficie (expuesta del tubérculo) de forma que escapas más nutrientes al agua mientras hierven”, explica Kirsten Brandt, de la citada universidad inglesa.
“Hirviéndolas enteras y troceándolas después se conservan los nutrientes pero también el sabor, lo que supone un doble beneficio”, agrega la experta, citada por la BBC.
Los científicos de Newcastle, que descubrieron los beneficios del falcarinol hace cuatro años junto a otros colegas de la Universidad del Sur de Dinamarca, han venido estudiando esos tubérculos desde entonces y han llegado a la conclusión de que con el calor se matan las células de las zanahorias.
Las zanahorias pierden así la capacidad de conservar el agua en su interior, lo que en un principio incrementa la concentración del falcarinol.
Pero al mismo tiempo, el calor ablanda las paredes celulares, lo que hace que se pierdan los compuestos solubles como el azúcar y la vitamina C por la superficie del tejido, y de paso se filtren al exterior otras substancias como el falcarinol.
La segunda ventaja está relacionada con el sabor de la zanahoria: Los azúcares que le dan un sabor dulce se dan en mayores concentraciones cuando la zanahoria está entera.
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